Nuevo enfoque de la medicina que trata de atacar esta enfermedad desde un ángulo genético. Los científicos están probando un nuevo fármaco dirigido a acabar con el melanoma, un tipo de cáncer muy peligroso que surge en la piel en forma de lunares malignos. Los resultados obtenidos han sido considerados un éxito rotundo y se disponen a extender esta nueva manera de atajar la enfermedad para eliminar todos los tipos de cáncer que se activan por una mutación genética conocida. Nuevo e importante paso contra el cáncer. La lacra médica de nuestro siglo se resiste a dejarse vencer por los adelantos científicos que nuestra sociedad consigue constantemente. Sin embargo, el empuje de la investigación está abriendo caminos alternativos para curar la enfermedad más temida del mundo. Hay que recordar que el cáncer tiene muchas caras y no es posible atajarlo con un medicamento concreto o con una única técnica. Depende del tipo que sea, exige unas medidas terapéuticas u otras. En este caso, ha sido el melanoma maligno el que se ha visto contra las cuerdas gracias a la investigación médica de los profesionales de la farmacéutica Roche, que han publicado unos esperanzadores resultados en la prestigiosa New England Journal of Medicine.
Se encuadra dentro de las llamadas “terapias específica contra el cáncer”, técnicas que tratan de frenar las mutaciones genéticas que impulsan el crecimiento de ciertas células cancerosas. El fármaco desarrollado bloquea la actividad de una proteína llamada BRAF, responsable del 60 % de los melanomas malignos, un tipo de cáncer terrible que apena tiene tratamiento y que suele ser mortal. En los tratamientos experimentales realizados a pacientes con esta patología, el 80 % redujo significativamente los tumores de quienes tenían la mutación. No son muchos los cánceres que se activan a causa de una mutación genética conocida, pero en los casos donde exista, los responsables de esta tendencia médica aseguran que se abre un campo espectacular de desarrollo de fármacos específicos con alta eficacia y pocos efectos secundarios. Los beneficios de los inhibidores de la BRAF probable se extiendan más allá del melanoma; esta mutación se encuentra en aproximadamente un 8 % de todos los cánceres, y ya se están realizando ensayos del fármaco contra el cáncer colorrectal. Además, dicen que será menos costoso que los medicamentos habituales.
El nuevo fármaco tampoco es perfecto y posee sus limitaciones. Muchos pacientes desarrollan resistencia entre tres meses y dos años después de iniciar el tratamiento, un problema que ha ocurrido también con otras terapias específicas contra el cáncer. Se espera superar este problema mediante la combinación de la droga con otros compuestos, un enfoque que funcionó con Gleevec, un fármaco específico contra el cáncer usado para tratar algunos tipos de leucemia. De todos modos, ya han iniciado las investigaciones para determinar la causa genética de que se generen esas resistencias y pronto estaremos hablando de un nuevo fármaco que anula esa limitación. Las posibilidades que abre el estudio genético del cáncer son enormes. Es cuestión de tiempo que acabemos con esta terrible enfermedad.
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