Clavelito colorado
que de la mata cayó,
clavelito todo lleno de rocío
¡cómo te cogiera yo!
Clavelito, clavelito, clavelito.
La madrugada se ahoga
en los esteros del hato.
El alba, toro araguato,
el alba, toro araguato,
viene sin pica ni soga.
Humitos ponen en boga
sueños de café colado.
Le echa cuentos al ganado
ñénguere madrugador
y canta el ordeñador:
clavelito colorado...
Si quieres partida buena
cuando juguemos al naipe,
en las orillas del Caipe,
en las orillas del Caipe
yo tengo colchón de arena;
pero no amargues mi pena
con celos del Boconó.
Ella su suerte siguió
y yo seguí con mi suerte:
por algo soy limón fuerte
que de la mata cayó.