Amalaya un buen despecho, un cuatro y una botella
Una garganta clarita, un cielo lleno de estrellas,
Un chinchorro y un caballo, un perro y una linterna
Y cantar un buen pasaje sentimental para ella
Parársele en la ventana hasta que le amaneciera,
Repetirlo y repetirlo hasta que se condoliera.
Como anhelo las costumbres espontáneas de mi tierra
Cualquiera que se haya ido y no se recuerde de ella
Debe tener en el pecho de corazón una piedra.
Amalaya un cachilapo pa’ guindarlo en tasajera
Comer cachapa blandita con mantequilla llanera
Los buñuelos y las hallacas que preparaba mi abuela.
Ir a los toros coleados y visitar las galleras, jugar truco
Y ajiley y apostar lo que uno quiera, tirar resto cada
Ratico pa’ que peguen la carrera. Afinar una guitarra y
Cantar una ranchera o un bolero enamorao del gran
Felipe Pirela pa’ amanecer bien borracho en la esquina
De una acera.
Amalaya los amigos cuando yo muchacho era
Los que jugaban conmigo con pelotita de media
Gurrufio, trompo y saranda, lata e’ sardina con tierra.
Yo recuerdo la laguna, el camino de la escuela, la
Cara de la maestra que por cierto era severa, el recreo
Y los caramelos de ñapas en la bodega. Amalaya aquel
Conuco y la mata de ciruela mi sombrero de cogollo, mis
Alpargatas tan buenas y una bicicleta vieja que frenaba con
La suela.
Amalaya un golpe de arpa en tiempo de periquera, dos
Copleros frente a frente sin titubear en la cuerda, sin ofensa ni
Pantalla como florentino era. Cuanto no me gustaría volver
A ver la faena de buenos ordeñadores y saborear la postrera
O un cafecito endulzao con papelón y panela, si pudiera devolver
El tiempo esto yo quisiera pero sé que es imposible hoy solo
Recuerdos quedan ahora me toca decir amalaya quien pudiera