I Con los lebrunos a punto Y aquel guayabo bendito No hay nada Dios más dulcito Que tres (3) deos de águila blanca Me ahilaré hacia el quilombo A buscar más bastimento Pa que el ratón y el tormento No hagan de mí una resaca Voy con fiera cauteloso No vaya ser que un chalan Me vaya a querer quitar Lo que me queda de plata.
Los tirantes, los horcones Tristemente me delatan No se oyen las mediditas Del chinchorrito en mi rancha Ella y yo mata paleados En íntimas circunstancias Hoy solo queda el recuerdo De aquellas noches románticas.
Antes de comprar el frasco Pasaré a donde sus taitas Con mi cuatro parrandero Le daré una serenata Póngase usted en mi lugar Sobre de mis alpargatas Ya que un pisón como el suyo Si fuese usted no lo aguanta.
II Debo admitir plenamente Que no nací para ti Ni menos tú para mí Muñeca de mis semblanzas Reconozco parientica Aunque parezca increíble Que el que da y nunca recibe Tarde o temprano se cansa Cual gato recién capao Ahogado en mis desconsuelo Y eso que yo soy de suelo Del catire de la lanza.
En estos días me dormí En un banco de la plaza Me despertó un policía Oiga señor en voz alta Le está faltando el respeto Al gran padre de la patria Le dije no se preocupe Eso a cualquiera le pasa.
El fundo es un peladero Lo que una vez fue bonanza A un guate ayer en la tarde Le vendí la última vaca Que tenía y eso que importa Si la muerte anda borracha Quien me mando a empecinarme Por esa ingrata muchacha.