Yo soy Domingo García primo de Manuel de Socorro yo perderé si me matan y huyo si me echan zorro aprovecho de contarles un verdadero episodio ‘’el tigre de los mahomos’’ yo fui quien lo mate solo, para entonces yo tenía un perro llamado Aromo era un poco sardo negro con una mancha en el lomo, lo traje de cabuyare por las recomendaciones lo cierto es que yo lo crie en muy buenas condiciones, El Perro Era Grande Y Bravo y le temían los ladrones para llegarle de noche tenían que abrir operaciones, era bueno en realidad y sin exageraciones mataba un babo en lo seco y mato cuatro leones les agarraba el pescuezo y los mataba a estrujones me trebo a decir qué Fue? el campeón de los campeones una vez tuvo Figueira ocho toros cimarrones que no podían amarrarlos llaneros de esas regiones. De esas regiones ni a caballo ni embarcado en tiempo de inundaciones los hombres más competentes colgaron los pantalones. Los pantalones no los siguieron buscando ellos sabrían las razones pues los toros eran bravos, grandes y guachamarones. Guachamarones un día Salí con el perro y me lleve un cabo e soga por allá en un mogoton se forma una batajola. Una batajola oí que bramo una res y se espantó un coro coro era que el perro tenia nariciao a uno ‘e’ los toros. Ah uno ‘e’ los toros lo agarro por la nariz y lo tenía en los temblores lo amarre de los más firme y lo pegue de un morore. Si de un morore hay fui y le avise a Figueira y me hizo los honores que si amarraba los otros me daba los dos mejores. Los dos mejores yo le dije eso es conmigo búsquese los compradores para mi aquello era fácil sin tener muchos sudores. Sin tener muchos sudores así le amarre los otros toditos del mismo modo y Figueira me cumplió porque me dio los dos toros al tiempo Salí yo a cortar unos horcones agarre el hacha y me fui esa eran mis intenciones el perro no se quedaba rezagado en los rincones aquello era su deporte salir a esas excursiones en el monte encontró el tigre famoso de esas regiones escuche cuando latió y también tres rujiones Salí corriendo hacia allá donde habían tres almendrones cuando el perro me miro estrecho malas acciones le vi los ojos al tigre que parecían dos tizones enseguida se me vino sin más averiguaciones yo lo que tenía era el hacha y aquel tigre tan enorme enseguida recordé que dios dijo: Dios y Hombre basado en esas palabras no les mostré los talones por algo nací varón y me pongo pantalones en el momento pensé oh me embroma oh yo lo embromo se me vino agazapado venia retorciendo el lomo.
Guao guao guao guao (Huye Aromo que es el tigre apúrate Carlos tapia chico que te come el bicho).
Así se me fue acercando caminando en varias formas con una mano en el aire como pidiendo limosna se estiraba se encogía hizo varias ceremonias y como yo soy tan guapo me dio risa la broma haciéndole a una muñeca como quien toca bandola, vino y me llego cerquita bailoteando un paso doble y yo paraba pies firme como un botalón de roble. Por fin me llego a los pies y me lambio los pies gordos hay se volvió a retirar me dio una vuelta ‘e’ contorno lo que estaba era probándome pero era una prueba a fondo a ver si yo abandonaba oh a lo macho respondo yo no lo quería matar para aumentar protocolo si le daba un solo hachazo fácil lo mato en dos rolos vino y me olio el ombligo la barriga y el estomago pero haciéndole a las uñas como el que está tocando órganos. Tocando Órgano aquello me hacia cosquilla yo me estaba riendo solo y en prueba de machía llegue y le escupí los ojos. Le escupí los ojos yo estaba muy sonreído a pesar del saperongo el tigre reconoció que yo no era ningún chongo. Si ningún chongo barría el suelo con el rabo como si fuera una escoba y lo note que pensó este es el pupilo ‘e’ Córdoba. De Ruperto Córdoba por muy bravo que este un tigre este siempre reflexiona sabía que yo lo esperaba para hacerle un hematoma. Un hematoma de nuevo volvió a venirse se paró y echo un rezongo estábamos frente a frente cara a cara y hombro a hombro. Hay hombro a hombro aquel bicho abrió la boca que parecía la de un horno y rozno con tanta furia que me dejo casi sordo. Hay casi sordo la tierra se estremeció las hojas y los retoños y por poquitos segundo estuve un poco visongo. Estuve un poco visongo aquel roznio tan cerquita en verdad me causó asombro si lo hubiese repetido a lo mejor abandono yo me estaba impacientando me dio un poco de reconcomio oh me mata oh yo remato este tigre del demonio entonces me le fui encima a jugar todo por todo se miró tan acusado que se aculato en un hobo cuando se vio atropellado me rezongo de otro modo me hormiguearon los pies las rodillas y los codos nos fuimos al toma y deme Pa’ lante que el tiempo es oro era el momento crucial que alguno se iba a echar yodo yo tenia el hacha a dos manos y le sacudo ese morro le desfigure la cara votaba la sangre a chorro apenas callo aturdido cuando lo remato Aromo lo agarro por el gañote y el diablo le canto un tono.