nací y me crié en un pueblito
con costumbres campesinas
y valores arraigaos
seguro que el que me escuche
si es maduro y es del campo
se siente identificao
eran tiempos de respeto
en los que to’ los muchachos
sabíamos hace’ un mandao
y toavía en cualquier bodega
nos daban corotos fiaos
uno se iba callaíto
repitiendo po’ el camino
lo que le habían encargao
porque si algo le faltaba
lo esperaba era un fajao
yo voy a escupi’ en el suelo
y lo quiero aquí de regreso
antes que se haya secao
así nos medían el tiempo
y ojalá que a los adultos
les habláramos golpeao
se echaba la bendición
con todas las de la ley
rezaíto y conversao
se pedía con reverencia
sin sombrero arrodillao
cuando hablaban los mayores
usté’ no veía un muchacho
de metío ni de asomao
ni pasando por el medio
sin haberlo autorizao
se comía buena sardina
con pasta, también con granos
eso sí bien aliñaos
de maíz pelao las arepas
que se alternaban con yuca
y el topocho sancochao
carne de la cacería
de lapa, picure o danta
y también la de venao
con cubierto era muy raro
comíamos era mojao
al llegar la ribazón
nunca faltaba en la mesa
buena ración de pescao
una tapara con suero
y un ají bien apretao
cuando uno se sentía mal
le daban un sello mágico
y ahí mismo ‘staba aliviao
la diarrea por más de fuerte
con una terramicina
siempre se había controlao
pastilla con limonada
nos ponía a suda’ la fiebre
y hasta ahí llegaba el resfriao
la bosta ‘e vaca con leche
muy buena pa’l sarampión
si alguien no lo había pasao
y con tuche del café
se curaban los cortaos
Los carritos eran potes
y atrapábamos chicharras
con un frasco recortao
cada quien hacía su trompo
y un palo y una cabulla
qué buen caballo amansao
de las cajas de cigarro
sacabamos los billetes
y apostábamos sobraos
los gurrufíos eran chapa
con pabilo atravesao
con zapatos didavén
y chancletas tuti fruti
recorríamos el poblao
y nos llevábamos las metras
después de haberlas pisao
de las cajas de cigarro
sacabamos los billetes
y apostábamos sobraos
los gurrufíos eran chapa
con pabilo atravesao
esos juegos de video
y el vicio ‘e los celulares
por aquí no habían llegao
yo jugué el loco escondío
con otros juegos grupales
y el loco paralizao
ningún juego era violento
y ahora es puro echando plomo
vean a lo que hemos llegao
ah malhaya aquellos tiempos
bastante lo he lamentao
que aunque no teníamos mucho
vivíamos más tranquilos
sin andar tan afanaos
siempre en estos corre corres
del mundo modernizao