Voy a salir,
a parrandear esta noche,
con mi bandola
y mi cuatro romancero,
quien quita
que me consiga un encanto,
una flor del Loto,
un bello Lirio Sabanero.
Que sea como el sol,
y como la luna,
que me alumbre día y noche
de esperanza y de ternura,
como un jagüey,
y fresca quebrada,
que endulce con labios tibios,
refresque con su mirada.
Y que ella entienda
que esta noche es de nosotros,
que aquí lo que se comparta
sea divino y contagioso,
que se sacien los placeres
en un caudal amoroso
(BIS)
Que al
despertarnos,
siga viva la parranda,
con arpa,
con canto y algarabía,
entonces, entonaré
mi bandola
y mi garganta con una cerveza fría.
Buen picadillo,
y la carne asada,
con un suerito picante
y una sabrosa cuajada,
revienta el arpa,
se oculta el sol,
escuchando los copleros,
de todita esa región.
Después volver,
a ese lecho del encanto,
amarnos y sin quebrantos,
sin celos y sin desprecios,
que ese amor valla floreando,
muy cerquita de mi pecho.
(BIS).
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