Cuando vuelva por Colombia no dejo de visitar
al noble Villavicencio y al precioso cumaral,
no si antes en Restrepo dedicarle mi cantar
a una hermosa colombiana de ese precioso lugar.
La conocí bien recuerdo de una manera especial
en una tarde serena por cierto en un festival,
su voz linda y seductora la tuve que comparar
con la lira ensoñadora de un cantarino turpial.
Y es que cuando vuelva por dios la voy a buscar
y hasta que no la consigo no me pienso regresar,
porque sin ella la vida deja de ser esencial
escucha colombianita mi canción sentimental,
que escribí una tardecita casi a punto de llorar
en la barranca de Arauca viendo la espuma bajar,
desempolvando recuerdos que me hacían en ti pensar
mientras tanto con el viento te mandare mi cantar,
con el calor contagioso de mi pueblito natal
también te mando un suspiro con flores del mastrantal
la fragancia del estero de la laguna y palmar,
la gracia de los garceros y el canto de alcaravan
todo esto para que sepas que no te voy a olvidar.
Colombia región hermosa romance amor y corrio
tienes un llano precioso glorioso largo y tendio,
lindo tus atardeceres que lo refresca el rocío
relincha un potro cerrero y un toro pega un pitio.
Viento que vas por el meta si encuentras el amor mío
dile que mi alma se encuentra navegando en el hastío,
que estoy solo sin cariño como bonguero sin río
que venga y me preste abrigo que me esta matando el frío.
El frío de la ausencia que ya me tiene vencio
pero el deseo de encontrarla me da la fuerza y el brío,
de continuar tras su huella poco a poco y sin desvió
ya monte el potro alazán de mi canto y amorío,
para seguirla rastreando por todo este caserío
no habrá lugar en el mundo el que no haya recorrido,
si su casa es una estrella por un lucero me guío
si se fue para el silencio haya voy con un tañio
y si esta en el horizonte me voy con el sol bravío,
gloría serán tus canciones , tu nombre ceñido al mío
con el aura de tu encanto me voy a quedar dormido
tu aroma de amanecer a estero recién llovidos,
a café mañanerito a estoracal florecido
así hasta que nos despierten los gallos con sus cantios.