LyM - Lisandro Salas
Madre, ayer en mi soledad
Me dolió tanto tu ausencia
Me hizo falta tu querencia
Y tu infinita bondad
Que fue como una maldad
Querer buscar tu presencia.
Pero allí estaba tu esencia
Tus consejos, tus regaños
Hoy se ha cumplido otro año
Desde aquel día en que te fuiste;
¿Tendré razón de estar triste
Si yo cada día te extraño?.
No mirarte me hace daño
Me ahogo en melancolía
Mirar tu fotografía
Como un mensaje de fe
Colgada de la pared
Estática muda y fría
Mañana, mañana viejita mía
Que rumbo Dios me depara
La distancia nos separa
No tu amor viejita linda
Estas lejos y aun me brindas
Tu bendición que me ampara.
La madre no se compara
Con nada del universo
Ella es lo más bello y terso
Es la palabra sagrada
Es la mujer abnegada
En fin es canción y verso.
Contigo a solas converso
En esos momentos míos
En que con fervor ansió
Que me escuches lo que digo
Esto es como un castigo
A veces lloro otras rio.
Recuerdo el árbol sombrío
Aquel donde yo jugaba
Aquel olor a guayaba
Y aquellos tus brazos tiernos
Cubriéndome del invierno
Cuando la lluvia llegaba.
En tus brazos me cargabas
Y eso yo no lo riño
Colmándome de cariño
En mi infancia desmedida
Que iba a saber de la vida
Si yo tan solo era un niño.
Ese olor de tus aliños
De tu comida exquisita
Las arepas redonditas
Esas cosas no las pierdo
Si las llevo en mi recuerdo
Como una oración bendita.
Tu sangre en la mía palpita
Te quiero y nunca te olvido
La vida es lo indefinido
La muerte lo más seguro
Cuando llega no hay apuro
Llevándose lo querido.