Mil veces me he preguntado si allá en el cielo habrá llano
Así como aquí en la tierra,
Mi Dios habrá hecho corrales,
Calcetas y chaparrales, esteros, ríos y praderas,
Quién sabe si habrán potreros, ganado en los paraderos,
Sabanas por donde quiera,
Te lo pregunto Señor para que no haya temor
Ese día que esta negra muera,
Es que yo quiero tanto, tanto a mi llanura
Que separarme de su lado no quisiera,
Que culpa tengo si nací y me crie en sus pampas,
Y con orgullo le entregué mi vida entera,
Al saber que un día me iré, me angustia y me desespera,
Solo al pensar que dejo mi campechana,
La soga, el rejo, el tabique y la quesera,
Aquél sujeto y el criollito mandador,
También la manta y la vieja capotera,
No me angustio por morir, es por lo que se me queda.
Yo sé que tarde o temprano me voy a morir paisanos
Dejo mi tierra llanera,
Por eso hago lo posible por defender sus costumbres
En todo lo que yo pueda,
Yo se jinetear un potro, hacer una campechana,
Patear caño en parihuela,
Aprendí a cachilapear,
A descuartizar una res para asar una ternera,
Voy a pedirle un favor a mi Diosito,
Se lo suplico para que me lo conceda,
Que no me aparte todavía de mi llanura
Quiero quedarme todita mi vida entera,
Para cuando llegue a anciano
Mi muerte sea placentera,
Y que me entierren en medio de la sabana,
Con la frescura de la brisa sabanera,
Donde se escucha el toro criollo pitar
Y el relinchar de alguna bestia cerrera,
Para que mi alma descanse tranquila entre las palmeras.