I
Mi amor quiero que pongamos las cartas sobre la mesa,
pero hablemos con franqueza que todo quede aclara’o
porque a mí no me conviene que usted ande por ahí alza’o
recuerde bien que conmigo es que se encuentra casado.
no es que yo sea autoritaria y este buscando con esto
como especie de pretexto pa’ tenerlo goberna’o
pero el que siembra conuco debe tenerle cuida’o
si no quiere que otro venga a cogerle el maíz saltea’o
como puede ser posible que usted sea tan descara’o
su fama de mujeriego me tiene el gorro colma’o
así no coma en la casa porque vive repugna’o
y yo aquí como una tonta guardándole su boca’o.
yo le voy a decir algo que le quede bien graba’o
sea un poquito mas consiente y atiéndale a su gana’o
si no quiere que un día de estos por dárselas de avispa’o
encuentre a su fundadora con el hierro acachapea’o.
II
Mi amor quiero que comprenda que no quiero hacerle daño
pero el que tiene rebaño es pa’ tenerle cuida’o
recuerde que hay muchos toros rondando por estos lados
y una novilla con celo puede brinca el alambra’o.
el hombre cuando se casa ya no es libre como el viento
el dia de ese juramento yo no lo puse obliga’o
lo hizo supuestamente porque estaba enamora’o
entonces porque anda ahora como potro desboca’o
yo le digo esas cositas es para darle un parao
sabiendo que soy su esposa usted no me ha respeta’o
divirtiéndose con otra llegándome trasnocha’o
y todo el tiempo en mi cama su puesto desocupa’o
le voy a dar un consejo pa’ deja todo arregla’o
cumpla con el compromiso que un día me hizo firma’o
ocúpese de su hembra y sea mas organiza’o
si no quiere que los cachos lo pongan agazapa’o.