I
Paseando una tarde hermosa
primaveral me detuve en el camino,
giré la vista hacia el norte
con rumbo al norte y me quedé sorprendido.
El cielo azul Guanapense
y el perfil de su cariño,
junto al fervor de su gente
de blanco estaban vestidos.
Al mirar aquél romance
no emití más que un suspiro,
Guanape y su lindo valle
de amor me tienen cautivo.
II
En invierno y en verano
allá en el valle siempre reina la alegría,
no existen las amarguras
las amarguras penas ni melancolías.
Y al llegar Santa Escolástica
con rostro de simpatía,
se ven dispersas sonrisas
impregnadas de armonía.
Y allá en las notas del viento
se aprecia una melodía,
que lindo es valle Guanape
tierna inspiración la mía.