Señora, que bien se ve!
perdone el atrevimiento
pero tenia que decirle
que usted, a pesar del tiempo
sigue siendo la señora
que ablanda mis sentimientos
que diera yo por tener!
de usted el consentimiento
el cundeamor de su boca
el rigor de su aposento
pero usted aun es ajena
y eso es lo que más lamento.
Por prudencia y respeto debo confesarle
me declaro cobarde y esa es la razón
por la que aun amándola reprimo mis impulsos
sabrá dios hasta cuando soporto este dolor
y no la olvidare, que no la olvidare,
jamás la olvidare aunque se despedace mi
pobre corazón
una mujer me trajo al mundo donde vivo
si una mujer me mata bendito sea el señor.
Señora recuerda usted,
aquellas bodas de plata
cuando la casualidad
o la eventual circunstancia
permitió que coincidiéramos
a pesar de su arrogancia
su esposo nos presento
a penas le di las gracias
porque lo que me expreso
su mano cálida y franca
me estremeció el corazón
y reseco mi garganta.
Por prudencia y respeto debo confesarle
me declaro cobarde y esa es la razón
por la que amándola reprimo mis impulsos
sabrá dios hasta cuando soporto este dolor
y no la olvidare.
Que no la olvidare, jamás la olvidare
aunque se despedace mi pobre corazón
una mujer me trajo al mundo donde vivo
si una mujer me mata bendito sea el señor.
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