Me sorprendió la noticia que murió Julio Miranda
Hombre de tantas hazañas por los caminos del llano,
se a marchado un gran baquiano del verso y la poesía
o tal vez Dios lo quería para formar un parrando.
Allá lo estaba esperando el maestro Romero Bello,
el florentino Apureño y Ángel Custodio Loyola,
y al golpe de un chipola y un seis por numeración,
le dieron la bienvenida al cantautor del Amor.
Se oyó tronar una voz por un pasillo muy duro,
el gordo Eleazar Agudo cantando su Conticinio,
a la parranda me arrimo aunque no estoy invitao,
pero un cantor a llegao y lo recibo con cariño.
Llego Don Ramón Castillo canto Barrancas de Arauca,
se estremecieron las pampas del cielo y sus aposentos,
se presento sexagésimo en aquel atardecer,
canto Déjame Nacer como en sus mejores tiempos.
Le toca a Antonio Barcey grito Pedro Emilio Sánchez
yo voy a cantar mas tarde después que me eche un palito,
se quedaron calladitos oyendo la melodía,
como siempre Manuel Bandres llego cantando Agonía.
Se formo una algarabía al golpe de un carnaval,
fue Doña Antonia Volcán repicando un zapateo,
con cualquiera me careo contrapunteando a lo macho
y en la pata e un Quebrajacho por Dios Santo lo maneo.
“Andrés Ceda con Sadel por lo Bajo comentaban, que Deri Torrealba llego cuando nadie lo esperaba, mientras que Sergio Linares su cuatro viejo Punteaba”.
El mismo Dios dio un recreo en la faenas del cielo,
San Pascual el parrandero gritaba con emoción,
gracias le doy mi Señor oigan hombres y mujeres,
le toca el turno señores canta José Manuel Pérez.
Pero no se desesperen dijo un negrito de pronto,
voy a cantar un joropo con olor a paradero,
mándeme a mata a un ternero, me trae un palo de caña,
que a llegado a la parranda Don Dámaso Figueredo.
El poeta Alberto Arvelo le comento a Ali Primera,
tocara Pablo Canela el gavilán tocuyano,
mientras que Pío Alvarado le dijo a Eduardo Alcalá,
es que no vas a tocar que te estamos esperando.
De pronto salio cantando el propio Ricardo Aguirre
todo se hizo mas sublime al oír La Grey Zuliana
lo sorprendió la mañana entre versos y copleros,
Sánchez Olivo venia con Luis Eduardo Camejo.
Llego Emilito Toledo junto a Benito Quiroz
cantaron un Galeron y un Pasaje sabanero
con un Joropo serrero reventó Alfredo Tenepe
y así el cantor del Oriente llego muy feliz al Cielo.