Un hombre trabajador
de pantalon enrroyao,
nacio y criao en el campo
abrigado en la esperanza,
de un dia dejar de ser
hobrero en aquellos hatos,
trabajando y conversando
asi se nos iba el dia sin,
un traguito de guarapo
con mis asañas vividas,
llano de viejos rrecuerdos
por eso te quiero tanto,
cuando no te veo
me acuerdo de aquel potranco,
brioso moro patas blancas
pelo color de araguato,
el que se varajustaba
cuando yo pelaba un laso,
pero el dia que era efectivo
habia carne hueso y graso,
lo compre de tierra plana
lo que en el verso retrato,
si salia a merecuriar
no se me olvidaba el saco,
cuando el gallo era el rejo
y la totuma era el plato,
se ignoraba el modernismo
por aqui no daba un paso
solo se daban las mieles,
sin pensar en el facaso.
La tarde llega callada
metiendose poco apoco,
lentamente en el remanso
cuando el boguero cansao,
prepara su mosquitero
toma descanso en el paso,
la brisa nos trae la fragancia
del mastranto el carrao madrugador,
lejos del vao en su canto
mientras un guaita caminos,
se oculta en el quebrajacho
y un lechuso malicioso,
ba despertando tautacos
aya en el medano afuera,
acompañado de un chuvasco
ba un arriero en su camino,
buscando tono en su cuatro
todo el que labra la tierra,
con el labra el carapacho
cuando ramosn tenia rial,
era socio de gervacio
como peon tenian a eusevio,
hombre de caracter franco
su lavor siempre fue obrero
de peinilla y garavato.