I
Recuerdo aquella mañana
del 3 de octubre, que de aquel pueblo marchaba
tus ojos entristecidos oye mujer con ternura me mirabas
por una calle sombría, ya casi adentro de mi mano iba agarrada
y me acompañó hasta el puerto, para mirar cuando aquel barco se alejaba
y estrechada entre mis brazos esa mujer lloro triste y amargada
le di un beso con dulzura en su boquita rosada
y en un pañuelito blanco sus lagrimas dibujaba
me dijo ¿Cuándo regresa? Amor de la vida mía, le dije pronto mi amada
así yo me fui ausentando de aquella prenda adorada
y las aguas del rio meta tan solo me consolaban.
II
Y aunque muy lejos me encuentre oye mujer, nunca la echare en olvido
y esos sagrados recuerdos, óyelo bien, siempre los llevo con migo
porque tú eres mi ilusión, hay mi ilusión y yo tu ser querido
y ese romance de amor, oye de amor, que mi pecho ha aprendido
tengo que volver a ti, oye cariño, para tener un alivio
porque quedo solitaria, como errante pajarillo
en prueba de que yo mismo le de calor a su nido
navegando por las aguas, hay por las aguas de ese caudaloso rio
cual espuma pasajera que va con rumbo perdió
así llegaré feliz donde tengo el amor mío.