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En el más completo olvido en una humilde vivienda, en medio de la miseria, la incomodidad y en la espera de las ayudas prometidas por el Estado que nunca ha llegado se encuentra José Álvaro Torres, el padre de los tres menores de edad asesinados el pasado 14 de octubre en zona rural del municipio de Tame.

La angustia la sufre él junto a quien fuera su esposa, su hija y dos pequeños menores de edad quienes han sobrevivido con la ayuda que le brinda la comunidad y las mismas personas que habitan la residencia dispuesta para un grupo de desplazados en el barrio Miramar.

En la actualidad le preocupa la falta de dinero para sufragar los gastos de arriendo y servicios de la casa que están a punto de cortar por la mora en el pago.

Dijo que ha tocado todas las puertas sin ninguna respuesta de solución a su problema de vivienda y de trabajo, aduciendo que la reunión propiciada en la Asamblea Departamental con altos funcionarios del gobierno nacional de nada sirvió, ni tuvo eco para que su familia y él tuvieran la comodidad requerida, por lo que llamó la atención del Estado para que se le de solución a su problemática.

La situación precaria que vive don José Álvaro Torres lo ha llevado a pensar a regresar a su parcela en Tame escenario de los hechos, pero aseguró que teme por su vida y la de su familia.