Si cree que todo el mundo sabe qué es un kilogramo, podría estar equivocado. Y muchos podrán estar también dentro de poco. El kilo no pesa hoy un kilo. El kilo es la única unidad básica de medidas que aún es definida por un objeto elaborado. Es decir: no es estable ni universalmente accesible.
Científicos están analizando de cerca el kilogramo para modificarlo, informó the Royal Society en Londres.
El Sistema Internacional de Unidades (SI) es el sistema mundial más usado de unidades de medida para el comercio y la ciencia. Está fundamentado sobre siete unidades básicas: metro, kilogramo, segundo, amperio*, kelvin, mol y candela, de las que se derivan todas las otras unidades.
Para el kilogramo se elaboró un objeto, un prototipo que se mantiene en la sede del Bureau Internacional des Poids et Mesures (BIPM) en Francia desde 1889. Las mediciones realizadas durante más de 100 años indican que la masa del prototipo internacional puede haber cambiado 50ug, o sea la masa de un pequeño grano de arena de 0,4 milímetros de diámetro.
Por eso, científicos conducen experimentos para que la definición del kilogramo pueda estar basada pronto en un valor fijo de una constante fundamental. Se podía escoger entre siete constantes. Pero la constante de Planck, la constante fundamental de la física quántica, que presenta ventajas para la petrología eléctrica, ha sido la elegida.
Aquella oficina indicó que la continuidad será mantenida eligiendo el tamaño adecuado de la nueva unidad para que sea igual a la actual.
Michael Sctock, quien trabaja el tema, explicó que “nuestros experimentos se están moviendo hacia la meta, pero es muy pronto para implementar nuevas definiciones del kilogramo”. Destacó que hay consenso internacional sobre que el kilogramo deberá ser redefinido en el futuro cercano con base en un valor fijado de la constante de Planck.
No será el único cambio. Ha habido otros en el pasado. El metro fue calculado alguna vez como una fracción del arco del meridiano de París, pero hoy es definido con base en la velocidad de la luz.
El kilogramo se basa, en contraste, en una pieza de platino-iridio hecha en Londres en 1889.
Se cree que con el tiempo, el segundo, definido hoy como una transición atómica de microonda, será probablemente relacionado con una transición óptica de más alta frecuencia.